El exterior de la Ermita de Chalamera fue el escenario del concierto de Vívere Memento que supuso la presentación de su último disco ‘La puerta de la memoria’ en el marco del Festival ‘Sonidos en la Naturaleza’ SoNna Huesca, impulsado por la Diputación de Huesca.
El recital, que sirvió como acto conmemorativo del 120 aniversario del chalamerino Ramón J. Sender, combinó el repertorio tradicional aragonés con cantos del extenso legado medieval y las numerosas culturas que lo han conservado a lo largo de los siglos. Todo ello da como resultado una serie de temas repletos de matices, especialmente con sonidos provenientes de Oriente.
Y no es casualidad que este trabajo sirva como homenaje del autor de ‘Crónica del Alba’ o ‘Réquiem por un campesino español’. Sender quedó profundamente marcado por dos contiendas bélicas del siglo XX: la Guerra Civil y la Guerra de Marruecos. Esta última hirió su sensibilidad.
Hay una gran distancia entre ‘Una hoguera en la noche’, una obra de aprendizaje que narraba las peripecias del teniente Ojeda evocando un Marruecos onírico conformado por la sensualidad y la fantasía, y su novela ‘Imán’, que narra de una forma desgarradora la vivencias comunes de muchos soldados españoles en tierras marruecas en los peores momentos de la contienda bélica. Sin embargo, ambas comparten la fascinación por el mundo oriental.
El nuevo disco de Vívere Memento recoge el orientalismo y la tolerancia en un alegato por la cultura y la historia. Se desprende de ‘La puerta de la memoria’ que la música es universal y no pertenece a ningún tiempo ni a ninguna época. Esto guarda cierto paralelismo con la obra de Sender, imperecedera y universal.
El escenario para esta actuación fue el exterior de una ermita románica de finales del siglo XII o comienzos del XIII, una joya del tardorrománico aragonés rodeada de naturaleza. Se ubica sobre un cerro en la confluencia de los ríos Cinca y Alcanadre, en un antiguo ramal del Camino de Santiago.
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